Alejandro Roemmers: “El socialismo, en su versión populista, demostró su fracaso en todo el mundo” – PERFIL

El escritor y empresario habló con “Modo Fontevecchia”, por Radio Perfil (FM 101.9), y criticó la gestión política en Argentina de los últimos años. Cómo fue la presentación de su libro “Morir lo necesario”, junto a Mario Vargas Llosa, y la reunión que tuvieron en la Fundación Libertad. Mirá la entrevista completa.

 

 

El empresario argentino Alejandro Roemmers dialogó con Jorge Fontevecchia para Modo Fontevecchia, por Radio Perfil (FM 101.9).  Presentó su libro Morir lo necesario y analizó el panorama político actual.

 

Recientemente, Mario Vargas Llosa presentó su libro en la Feria, ¿qué relación los une? ¿Qué significó para usted?

 

Hace muchos años nos conocemos y me planteó formar parte de la Fundación Libertad, donde él es presidente honorario, y me dijo ser asesor en temas económicos. A raíz de eso nos hemos reunido en distintos lugares y la idea era tratar la situación socioeconómica, distintas perspectivas y un análisis de la situación general. No puedo profundizar porque hace tiempo que no estoy viviendo en Latinoamérica. Siempre salieron temas literarios de nuestras conversaciones, al igual que con su hijo Álvaro, y le comenté que era una buena idea hacer charlas. Ya habíamos hecha una en la Feria del Libro, hablando sobre cómo la tecnología y los celulares podían modificar la forma de escribir. Esta vez se dio la posibilidad de que me acompañara en la presentación de una novela, con todo gusto y encantado de que me acompañe.

 

El título del libro es Morir lo necesario. ¿Cómo se puede explicar?

Alude a un poema mío, que lo hice como homenaje para una amiga, y el concepto es que uno deje todo de sí mismo en cada día y momento de nuestra vida. Hay que darlo todo y con pasión por lo que hacemos. Entonces, lo que quede para morir de nosotros es poco, porque lo dejamos todo en este mundo. La idea es que nuestras energías que pusimos continúen en el tiempo y que solo muera lo mínimo y necesario.

¿Cómo te cambió la perspectiva cada vez que venís?

Tuve la experiencia de haber vivido fuera de la Argentina entre 1973 y 1978. Eso se dio por la violencia que había, donde se hacía muy difícil estudiar y la situación era de gran inseguridad, con asesinatos y secuestros. No se podía vivir en el país y nos fuimos a España, donde me quedaron muchas relaciones y me hacen sentir como en casa, más aún en Madrid. La Argentina es mi país y me siento argentino. Me encanta su paisaje y su gente, pero siempre me duele un poco por lo que podría ser. Me resulta complicado no pensar en el potencial que tiene con sus recursos, pero hay que saber administrar.

 

¿Qué cambió a lo largo de los años?

Hubo un breve período de entusiasmo, que fue el primer gobierno de (Carlos) Menem, donde sentía el crecimiento, estaba la convertibilidad, Argentina se había abierto al mundo y fue un momento muy bueno. Salvo eso, en general fue desilusión o ver un decaimiento en todo sentido. Lo vi mucho en el tema educativo y en la cultura general, sin hablar de lo económico. Es un país que está en un retroceso, hasta que nos demos cuenta que no existen los milagros. Se comprobó en distintos países del mundo qué es lo que funciona o lo que no.

Gastar más de lo que ingresa no sirve en la economía pública ni en la privada. Vivir con déficit y pidiendo dinero al mundo, tampoco. Argentina tiene que salir de esta posición, porque perfectamente podría exportar y ser acreedor, no al revés. Tenemos que ordenarnos y ponernos en marcha.

 

 

 

Participaste de la cena de la Fundación Libertad, ¿qué impresión te quedó?

Habló muy bien Ricardo López Murphy, también estuvo Alfredo Cornejo y hubo grandes oradores. La sensación fue positiva y muy esperanzadora. Estábamos escuchando a personas en un marco de afinidad, pero el optimismo me viene porque hay un error de lo que es ser políticamente correcto. El socialismo, en su versión populista, demostró su fracaso en todo el mundo.

Todos los regímenes totalitarios terminan fracasando porque los individuos necesitan libertades. No hablo de ir a un liberalismo sin compasión, dejando de lado las cuestiones sociales, porque estamos en un contexto de pobreza. Pero el sistema de competencia genera posibilidades de invertir, con pocas trabas. En el momento que produzcamos el cambio mental, se podrá encauzar el camino de crecimiento de la Argentina durante décadas. Fue un mensaje de esperanza.

 

JL PAR

 

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