No busquemos aquí originalidades estridentes ni intentos de asombrar con hallazgos exóticos: Alejandro
Guillermo Roemmers prefiere un lirismo prístino, tan claro como conmovedor. Tan de todos que nadie
puede ignorarlo
No busquemos aquí originalidades estridentes ni intentos de asombrar con hallazgos exóticos: Alejandro
Guillermo Roemmers prefiere un lirismo prístino, tan claro como conmovedor. Tan de todos que nadie
puede ignorarlo