A menudo nos preguntamos si las decisiones que tomamos son las correctas. ¿Pueden pequeñas elecciones de nuestro día a día influir en nuestro futuro? Sostengo que sí, que, por más pequeña, cada decisión nos lleva por caminos muy diferentes y, en algunos casos, pueden alterar las circunstancias de nuestras vidas.
¿Estamos viviendo a pleno? ¿O solo dejamos correr los días? “Un trocito de mí será lo que se muera. ¡Y tanta, la vida que me lleve!”. Es que de eso se trata: de dejar todo de nosotros en cada momento. Darlo todo y con pasión por lo que hacemos, de modo que lo que quede para morir de nosotros sea poco, porque ya dejamos todo en este mundo. Así, nuestras energías continuarán en el tiempo y solo morirá de nosotros lo mínimo y necesario.
Ese es el relato en mi última novela, una historia basada en hechos reales, pero que sigue los lineamientos de la ficción, y busca demostrar cómo pequeñas decisiones diarias pueden tener consecuencias irreversibles.
Las relaciones intrafamiliares, los modelos de géneros que tenemos incorporados desde pequeños, las experiencias vividas durante nuestra infancia, el bullying en la niñez y las injusticias sociales, influyen en el desarrollo de nuestras vidas. Morir lo necesario plantea cómo algunas de estas situaciones afectan indirectamente a los individuos. ¿Somos responsables de lo que causamos en la gente?
El detective Luis Fernández deberá investigar un crimen, tras hallar un cuerpo en un predio de un barrio en construcción en San Fernando. En el relato se entrelazan las historias de Miguel y Facundo, dos amigos inseparables. El primero, un joven ejemplar que se debate entre seguir la carrera impuesta por su familia o ir tras sus sueños. El segundo, el chico popular de la clase, pero marcado por la mala relación con su padre.
¿Y qué sucede con la responsabilidad afectiva de las personas? ¿De qué manera las relaciones marcan nuestras vidas? En la historia encontraremos que Miguel decide arriesgar su futuro por amor, al acompañar a su novia Leticia en un viaje a Nueva York. Inconscientemente, las expectativas y los sentimientos que creamos en la gente pueden generar impacto y causar daño si no actuamos con responsabilidad.
La historia ocurre en parte durante la pandemia por Covid-19, un hito que marcó de manera significativa la vida de todos los habitantes del mundo. ¿Esta crisis sanitaria llegó para hacernos mejores o peores? Creímos que nos volvería más humanos, empáticos. O al menos eso vimos durante los primeros meses… Pero con el tiempo descubriríamos que nada había cambiado.
Este nuevo paradigma nos hace ver que el mundo está mal por todos los que podrían hacer mejor y no lo hacen. La falta de sensibilidad, la envidia y el ego dañan. Sin embargo, sostengo – y no pierdo las esperanzas – que si cada uno de nosotros hace algo pequeño, lo más mínimo, la mejora del mundo ya es un hecho.
Morir lo necesario busca tocar algunos resortes sobre la conciencia de los lectores y generar alerta, para así cambiar algunos conceptos o formas de actuar.
Epígrafe: Roemmers está trabajando en un proyecto para llevar su última novela Morir lo necesario a la pantalla chica. También, entre las realizaciones audiovisuales, se encuentran la filmación de una película sobre El puente de las soluciones, basada en la investigación de reiterados suicidios en el pueblo de San Antonio de los Cobres; y la producción Young Addictions, con enfoque en las adicciones de las nuevas generaciones a las redes sociales.
*Escritor, empresario y desarrollador audiovisual. Estrenó en Madrid la obra Sinfonía Argentina, junto al compositor Daniel Doura, una versión homenaje al 5° Centenario de la Primera Circunnavegación del mundo de Magallanes-Elcano; y en septiembre lanza el musical Regreso en Patagonia, en Buenos Aires.