Sones y sonetos con Alejandro G. Roemmers, Antonio José y Pablo López en el Carlos V – IDEAL España

El poeta argentino y los cantantes hablaron de la relación entre letras y música en la cuarta jornada del Festival Internacional de Poesía

 

La cuarta jornada del Festival Internacional de Poesía trasladó su acto principal a la colina de la Sabika, como es costumbre. Y lo hizo para hablar de la relación entre letras y música, entre los sonidos y el soneto. Los grandes protagonistas fueron el poeta argentino Alejandro G. Roemmers, a quien acompañó un dúo de cantantes de éxito: Pablo López y Antonio José. Los tres compartieron escenario con la codirectora del Festival, Remedios Sánchez.

El autor austral leyó numerosos poemas, como ‘Todo lo inolvidable’, con referencias a instrumentos olvidados, a perfumes que ya no existen pero siguen estando, esa frase insistente de lo que nunca fue dicho… Los sentidos y los cruces entre ellos a flor de piel, y el encuentro entre los diferentes que nos iguala a todos los humanos. Esa singularidad que nos hace a todos inolvidables, como esos besos que nos dimos y que nunca más podremos darnos. Pura música. «Varios músicos han compuesto melodías a partir de textos míos», aseguró. Últimamente, su producción se ha escorado hacia el verso libre, y ademas acaba de publicar una novela en torno al mítico Stradivarius, prologada por Mario Vargas Llosa. Fue uno de los últimos libros que el Nobel peruano leyó, según comentaron. Ha sido publicada ya en Hispanoamérica, y llegará a España en los próximos meses. Precisamente, uno de los poemas en verso libre que leyó fue ‘Entrega’, de nuevo con el amor y la pérdida como grandes sujetos. «Te amé por los que no supieron amarte, los que no entendieron cómo», recitó el argentino.

 

La tarde plomiza ofreció el marco para hablar de toda la producción de Roemmers, El argentino busca conmover desde las letras, y como la música, estas forman parte de las razones fundamentales para entender la existencia. «Ya en las cuevas de Altamira había dibujos, y seguro que nuestros ancestros intentaron hacer música», aventuró.

En un marco arquitectónico tan evocador como el Palacio de Carlos V, el poeta recordó cómo el emperador, según su propia confesión, usaba distintos idiomas para hablar con su caballo, el cocinero o las damas, reservando el español para hablar con Dios. Y desveló al hilo de ello cómo es la arquitectura de su poesía, respetando las reglas de la rima y con la urgencia de colocar todos los sentimientos en ese espacio cuando se habla de sonetos, y dejándose llevar, siempre dentro de los límites, cuando practica el versolibrismo. También habló de valores, esos que se adquieren en la infancia y la juventud y que nos hacen crecer como mejores ciudadanos. «La última frontera que nos queda es el amor, y ante el avance de la deshumanización, es una herramienta fantástica».

La inspiración de Lorca marcada en el corazón

Antonio José reveló su pasión por Lorca y cómo le ha inspirado a la hora de crear su propia lírica. Luego se colocó junto al piano para interpretar ‘A un milímetro de ti’, en cuyo interior se unen la letra y la melodía. Numerosos móviles se alzaron ipso facto para captar el momento. A compás seguido interpretó ‘Bienvenida a tu canción’. El cuarto invitado en concordia, Pablo López, se sentó directamente en el piano para interpretar en primera instancia ‘Te vi’ y luego ‘Lo saben mis zapatos’, primero con micrófono y más tarde sin él, poniendo a prueba la acústica del Palacio de Carlos V. ‘El patio’ y ‘Clandestino’ también sonaron.

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Sones y sonetos con Alejandro G. Roemmers, Antonio José y Pablo López en el Carlos V – IDEAL España

El poeta argentino y los cantantes hablaron de la relación entre letras y música en la cuarta jornada del Festival Internacional de Poesía

 

La cuarta jornada del Festival Internacional de Poesía trasladó su acto principal a la colina de la Sabika, como es costumbre. Y lo hizo para hablar de la relación entre letras y música, entre los sonidos y el soneto. Los grandes protagonistas fueron el poeta argentino Alejandro G. Roemmers, a quien acompañó un dúo de cantantes de éxito: Pablo López y Antonio José. Los tres compartieron escenario con la codirectora del Festival, Remedios Sánchez.

El autor austral leyó numerosos poemas, como ‘Todo lo inolvidable’, con referencias a instrumentos olvidados, a perfumes que ya no existen pero siguen estando, esa frase insistente de lo que nunca fue dicho… Los sentidos y los cruces entre ellos a flor de piel, y el encuentro entre los diferentes que nos iguala a todos los humanos. Esa singularidad que nos hace a todos inolvidables, como esos besos que nos dimos y que nunca más podremos darnos. Pura música. «Varios músicos han compuesto melodías a partir de textos míos», aseguró. Últimamente, su producción se ha escorado hacia el verso libre, y ademas acaba de publicar una novela en torno al mítico Stradivarius, prologada por Mario Vargas Llosa. Fue uno de los últimos libros que el Nobel peruano leyó, según comentaron. Ha sido publicada ya en Hispanoamérica, y llegará a España en los próximos meses. Precisamente, uno de los poemas en verso libre que leyó fue ‘Entrega’, de nuevo con el amor y la pérdida como grandes sujetos. «Te amé por los que no supieron amarte, los que no entendieron cómo», recitó el argentino.

 

La tarde plomiza ofreció el marco para hablar de toda la producción de Roemmers, El argentino busca conmover desde las letras, y como la música, estas forman parte de las razones fundamentales para entender la existencia. «Ya en las cuevas de Altamira había dibujos, y seguro que nuestros ancestros intentaron hacer música», aventuró.

En un marco arquitectónico tan evocador como el Palacio de Carlos V, el poeta recordó cómo el emperador, según su propia confesión, usaba distintos idiomas para hablar con su caballo, el cocinero o las damas, reservando el español para hablar con Dios. Y desveló al hilo de ello cómo es la arquitectura de su poesía, respetando las reglas de la rima y con la urgencia de colocar todos los sentimientos en ese espacio cuando se habla de sonetos, y dejándose llevar, siempre dentro de los límites, cuando practica el versolibrismo. También habló de valores, esos que se adquieren en la infancia y la juventud y que nos hacen crecer como mejores ciudadanos. «La última frontera que nos queda es el amor, y ante el avance de la deshumanización, es una herramienta fantástica».

La inspiración de Lorca marcada en el corazón

Antonio José reveló su pasión por Lorca y cómo le ha inspirado a la hora de crear su propia lírica. Luego se colocó junto al piano para interpretar ‘A un milímetro de ti’, en cuyo interior se unen la letra y la melodía. Numerosos móviles se alzaron ipso facto para captar el momento. A compás seguido interpretó ‘Bienvenida a tu canción’. El cuarto invitado en concordia, Pablo López, se sentó directamente en el piano para interpretar en primera instancia ‘Te vi’ y luego ‘Lo saben mis zapatos’, primero con micrófono y más tarde sin él, poniendo a prueba la acústica del Palacio de Carlos V. ‘El patio’ y ‘Clandestino’ también sonaron.

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